Esta novela le plantea un desafío al lector. Reta sus esquemas culturales, lo vapulea y le impide el sosiego. Lo saca de su comodidad cotidiana y lo arroja en medio de los demonios que reinan en nuestro derredor aunque los ignoremos. El lector deberá mantenerse lúcido ante este coctel lacerante de sexo explícito, drogas, escatología, rock pesado, libertinaje y desvíos políticos y sociales que acampa en la urbe bogotana.