Yo tenía una amiga, una amiga invisible..." Con esta frase se abre esta mágica novela, la historia de dos mujeres que descubrirán que tienen en común más de lo que imaginan. La historia de dos culturas, la española y la británica, en un mismo y único espacio, enigmático y telúrico: los yacimientos de Riotinto, en Andalucía. Mujeres y hombres de orígenes diferentes se ven inmersos en una atmósfera de insurrección como fue la revuelta social de 1888, comandada por un carismático y misterioso dirigente anarquista que logró unir a agricultores y mineros frente a una de las empresas más poderosas del viejo continente. Una gesta romántica y épica que tuvo, como testigo de excepción, la mirada de una niña, Blanca, ojos que todo lo vieron, corazón que todo lo guardó.
Abril de 1952. Katherine White llega a Riotinto (Huelva) buscando al hada de los cuentos de su abuelo, buscando respuestas... Encontraría ambas. Hada Bosco es la niña que presenció los terribles acontecimientos del invierno de 1888 y es la anciana que enseña a Katherine el valor de su tierra y le inculca su amor por ella. Riotinto, la madre tierra, la madrastra donde se asentan minas milenarias codiciadas desde hace siglos y explotadas por La Compañía, un gigante británico cuyo poder no conoce límites. Y cuando los mineros, hartos de trabajar de sol a sol, de respirar el aire sulfuroso que los mata lentamente, se rebelan, acontece una terrible masacre, sin explicación: "Es esencial que sepas que aquella manifestación fue pacífica. Si no, ¿ cómo iba a llevarme mi madre?Porque acudieron familias completas..." Esta es la historia de un entorno mágico, las minas a cielo abierto, el río del color del cobre... escrita con conocimiento y mimo. La historia real de unos mineros que se rebelaron contra su yugo. Pero también es la historia de unos personajes que se amaron pese a las circunstancias. Una queja, se me quedó corta. Me quedé con ganas de conocer más, de disfrutarla más rato.
¿Por qué entonces no había sido capaz en ninguna de las cartas enviadas- y ya sumaba muchas- de contarle lo otro? En teoría, por escrito, parecía más fácil. La confesión encerrada en un sobre violenta menos que abierta en la mirada. Y sin embargo..."
- Me estaba enseñando mi padre a hacer un barquito de papel cuando le pregunté: ¿ Y allí en la mina, sabes cuando es de día o de noche? - Sí. - ¿Y cómo? - Porque, cuando afuera es de noche, dentro todo cruje de forma diferente."
¿Tinto?- interrogaba la niña, incrédula, a su abuelo. ¿Cómo Tinto? ¡Qué nombre tan raro para un río! ¿Tinto? ¡Eso es imposible ! No lo era. Un río rojo. Bermellón y violáceo. Azafranado en sus orillas. Sin peces. Sin adelfas, sin juncos, sin brizna alguna cercana a su cauce..."
- El pasado es como el perfume de estas lilas...se lo lleva el viento. - Pero su aroma permanece en el recuerdo. Perdura en nuestra memoria."
Estando embarazada de mí, una vez, una de tantas, que lo que había en el plato era bien escaso, mi padre le arrimó el suyo y le dijo: " Tienes que alimentarte, yo me como tu risa."
Con el ataúd pequeñito, que parecía de juguete, se enterró también aquella pasión de vivir que dos personas llamábamos Lúa."