“Quien sube a un tren en el que seiscientas monjas emprenden una peregrinación a Lourdes se alegra de encontrar un compartimento sólo para él, aunque al entrar le llame la atención un leve silbido de un tono extraño y, más todavía, el frío del ambiente en el que flota un olor acre”. Así comienza todo. El viaje nos llevará a un parque sorprendente, a un barco y a un búnker donde algunos buscan protección ante el inminente fin de los tiempos.