Brisbane, 1985: un padre desaparecido, un hermano mudo, una madre drogadicta, un padrastro traficante de heroína y un canguro delincunte. La vida de Eli Bell ya era bastante complicada. Solo intentaba seguir su instinto y entender lo que significa ser un buen hombre, pero el destino no paraba de ponerle trabas; entre otras, Tytus Broz, legendario traficante de drogas de Brisbane.