A veces el día empieza vacío de esperanzas. Shaun Tan nos describe el día de la joven, retratando un mundo de sueños en el que lo fantástico se transforma en realidad, un viaje desde la desesperación a la esperanza. La joven camina cabizbaja por las calles de un mundo surreal, nadie entiende nada, el mundo es una máquina sorda sin sentido ni lógica. Los problemas llegan todos de golpe y las experiencias maravillosas se escapan. El futuro se percibe como una amenaza y la soledad se suma a la confusión. Sin embargo cuando parece haber perdido toda ilusión aparece inesperadamente, misteriosa y luminosa, la esperanza. Un álbum poético y esperanzador.
Empezar a leer obras de Literatura infantil ha sido un gran acierto, es satisfactorio descubrir la pluma sencilla, realista, creativa y divertida de muchos escritores que con palabras, puntos, líneas y muchos colores le dan sentido a sus historias. El árbol rojo de Shaun Taun es una narración que no deja de sorprenderme, porque sin una narrativa definida me presenta mundos posibles haciendo uso de imágenes independientes entre sí, que invitándome como lectora a darle significado a estas representaciones gráficas, así lo abra en la página que desee, lo lea de manera lineal o incluso empiece al revé, podré encontrar que las ilustraciones son metáforas con las que el autor describe visualmente los sentimientos y los paisajes emocionales que rodean a la protagonista, como si fueran ideas para explorar desde mi imaginación, encuentro una conexión mínima entre estos elementos y un texto breve que las acompaña, también hay una figura silenciosa, es la de una chica pelirroja, que empieza diciendo «A veces el día comienza vacío de esperanzas», esta frase denota la tristeza que hemos experimentado alguna vez, cuando nos invade esa sensación de que todo va mal y nunca nos ocurre nada bueno, ese vagar errático por lugares tan diferentes para cada uno, con un destino incierto y sin acompañantes que nos consuelen; es en un mundo como este que habita la protagonista, que la supera al imaginarse atrapada en algunas situaciones difíciles y abrumadoras que no encuentra cómo resolverlas. Llega a un punto donde cree haber perdido toda esperanza, pero llega un momento en que sin esperarlo descubre que del piso de su habitación empieza a crecer un árbol rojo lleno de vida que inunda su cuarto devolviéndole la esperanza perdida. Es interesante hacer esta lectura con los más peques y preguntarles ¿Cuál fue el árbol rojo que germinó en alguna situación difícil que tuvieron enfrentaron? ¿Para cada situación que no sabemos cómo enfrentar podemos ver cómo florece un árbol rojo? Explicarle a los chicos que podemos cuidarlo mientras crece, para que tengamos un lugar donde ir, es sembrar en ellos confianza, esperanza, seguridad y certezas que les va a permitir tener una actitud positiva cuando se encuentren en líos.
Un largo viaje a través de la soledad, la tristeza, la desesperanza, pero sobre todo la indiferencia, la falta de , ya no la comprensión, al menos la oferta de atención. Un periplo, una Odisea que termina en tu interior, con la esperanza floreciendo en tu mano, tan pequeña como un grano de mostaza, tan grande como un árbol, pero eso si, tan colorida que resulte imposible perderla de vista, sobre todo cuando más lo necesitas O incluso con los ojos cerrados. Desesperanza y esperanza, viaje de doble sentido, que todos tenemos capacidad de recorrer, en ambos sentidos.