La novela está basada en hechos reales, ligeramente deformados para que no broten antiguas amarguras. Primero se conservó sus verdaderos nombres. Más tarde se pensó que no era justo revelar la vida personal de algunos de ellos, y se decidió dar los nombres supuestos. Aquellos que de cerca o de lejos conocieron los hechos, y de ellos guarden memoria, reconocerán a los verdaderos personajes.