DIAS CONTADOS

Sinopsis de DIAS CONTADOS

Se dice en el lenguaje de todos los días que aquellos que están bajo el rigor de una enfermedad terminal tienen los días contados. La acepción cabe también para aquellos que están por recibir una sentencia con algo de definitivo: pérdida de un trabajo, fin de un proceso político, culminación de un vínculo afectivo. Otro modo de interpretar la expresión tiene que ver con un aspecto de la debacle argentina de los últimos años en donde todos, en algún momento y por alguna razón valedera, nos sentimos devaluados, golpeados, vacíos, desamparados, con los días contados.Para Ana, la protagonista y narradora de la obra de Oscar Martínez, contar esos días tremendos en que casi todos los afectos están patas para arriba, es igual a contar la vida.No parece casual que ella sea la protagonista: Martínez distingue y privilegia el mundo de la mujer. La cuestión es ésta. Hay un maldito momento en que, por designio de las circunstancias, en que nos convertimos en padres, tutores o encargados de nuestros propios padres, una inversión biológica que tiene un costo altísimo para cualquiera de las partes. En este caso, Carmen, madre de Ana y Javier, está internada en terapia intensiva atravesando un serio traspié de salud físico y mental. Es, precisamente, el indeseable momento en que los grandes se infantilizan y en que, paradójicamente, cuando tenemos que ser más comprensivos nos volvemos más intolerantes.Inspector de sentimientos; cronista de los afectos más cotidianos; traductor de vínculos agradables y de broncas mal resueltas, el Oscar Martínez autor teatral se propone otorgarle sentido y credibilidad al cambiante drama de la existencia. Con el tiempo, con talento, y en especial con esfuerzo de reflexión (ese del que nadie se salva si la idea es crecer) Martínez se ha ido liberando de la obligación de diálogos simplemente ingeniosos y que encuentran respuesta para todos los dilemas y de un humor servido y fácil, para ir ganando terreno en espacios difíciles, tensos, dolorosos.