Una antigua tradición gnóstica afirma que, antaño, en el cielo se libró una lucha entre los partidarios del arcángel Miguel y los secuaces del Dragón. Los ángeles que no tomaron partido fueron condenados a permanecer en la Tierra. Somos, pues, el fruto de una vacilación olvidada, de una antigua incapacidad para elegir que ahora nos obliga, con desespero, a abrazar cualquier causa o cualquier verdad. Como puede apreciarse, jamás esta obra gozó de tan candente actualidad y fue tan oportuna...
Tiene buenos aforismos. Muchos de ellos relacionados con la muerte. "Morir a los sesenta o a los ochenta años es más duro que a los diez o a los treinta. El hábito de vivir, ése es el quid. Pues la vida es un vicio. El mayor de los que existen. Lo que explica por qué nos cuesta tanto librarnos de ella"
Un libro tiene que hurgar en las heridas, incluso provocarlas. Un libro ha de ser un peligro.