DESDE LAS CENIZAS
CLAUDIA AMENGUAL
Sinopsis de DESDE LAS CENIZAS
Diana vive junto a su marido y sus hijos: sin embargo, la soledad y el aburrimiento la cortejan sin tregua. No es la única: también su hermana y otros amigos atraviesan una crisis afectiva marcada por el tedio y el desamor. Un día Diana ingresa, accidentalmente, en el correo electrónico de un hombre al que no conoce pero con el que inicia un juego mediático, anónimo y audaz, que les concede a ambos la cuota de seducción que les estaba faltando. Y así, lo que empieza como una travesura deviene una necesidad: los mensajes son un remedio para Diana, una ilusión que le cubre los días vacíos y la llena de expectativas.
2 reseñas sobre el libro DESDE LAS CENIZAS
Una novela corta que atrapa desde las primeras páginas. Dos parejas en crisis, una mujer que trata de sobrevivir a la tragedia, y en el medio, un romance cibernético. Me gustó! 😊
Segundo libro que leo de esta autora uruguaya que descubrí hace dos años cuando disfruté de su última novela llamada Cartagena en la que el protagonista principal atraviesa la crisis de la mediana edad en el momento en que el diario para el que trabaja, lo envía a entrevistar al supuesto autor de Cien años de soledad al que García Márquez habría plagiado. En esta novela publicada en 2005, la autora también toca el tema de las crisis personales, pero en esta caso, en gente más joven. Una soltera con una vida errática, un reciente divorciado, y dos matrimonios unidos por la costumbre más que por el amor o el respeto. El relato de sus vidas cotidianas invita a reflexionar acerca de la soledad en compañía, de las carencias disfrazadas de soberbia, de la culpa y de la comodidad de la zona de confort. Ambientada en Montevideo (ciudad que nunca nombra), su lectura es rápida y tiene aroma a nostalgia rioplatense. Le pongo un 8 y la recomiendo.
FRASES DEL LIBRO DESDE LAS CENIZAS
Diana sentía desde hacía tiempo que el miedo anestesiaba su voluntad. Se agazapaba en la penumbra de la razón, disfrazado de sensatez, como una araña que teje una tela de hilos imperceptibles y espera. Sabía que, al final, el miedo siempre mata
