CONTRA LA LECTURA.

Contra la lectura más que un ensayo es el punto de vista de la autora y su experiencia con su hábito de la lectura. La autora expresa que no es necesariamente una actividad virtuosa el hábito de la lectura, que cada quien puede ir a su ritmo y lo que marca la diferencia es como se lee. No hay edad para iniciar la lectura, todo depende de uno mismo. Y nos advierte del aislamiento social que puede sufrir uno como lector compulsivo al preferir la lectura que la convivencia social. Es decir, en exceso todo es malo. También da su punto de vista de los libros llamados clásicos que, no siempre son buenos, todo depende de la persona que los lee, para algunos pueden ser buenos y para otros no, y no por ello eres un mal o pésimo lector. Lo importante es leer algo que te agrade, que te guste y que debes en cuando te animes por otras lecturas diferentes a lo que estás acostumbrado. Dentro de su “ensayo” nos hace referencia y spoiler de varias lecturas y del cual también incremento mi lista de pendientes. Otro tema que opina es sobre el internet y los libros en papel. Entre los que dicen que el internet está matando a la industria editorial y los que dicen que el internet está acercando más libros a gente. Así como otro tema que ven los países y su propuestas y estrategias para que la gente pueda leer. Las primeras dos terceras partes del libro me parecieron bien, el último tercio ya no, como que se desvió el tema.

Interesante sus opiniones y puntos de vista sobre la literatura. Me pareció especialmente revelador el capítulo titulado “ Todo se desmorona”. En esta parte de mi vida adulta como lector entendí perfectamente a qué se refiere con ,en resumiendo el capítulo, con la idea de que la literatura debería no ser tanto placentera si no que debería poder cambiar nuestra percepción de la vida.

Curioso e interesante ensayo que casi le hace "honor" a su título. No está respaldado por una investigación rigurosa ni académica en sentido estricto, ni documentado luego de una profunda investigación. Apenas está respaldado por el recorrido lector de la autora, su experiencia como docente y una encuesta de la que no da rangos, variables ni ningún otro dato. De modo que sus aseveraciones "son opiniones personales, propias, particulares y transitorias", y yo agrego, polémicas, provocativas y, algunas, divertidas. A saber: "La importancia de los clásicos es histórica, no literaria" "El Quijote no debería estar en el canon universitario" "Los rusos son demasiados intensos y adustos" "La poesía es para cuando se ha bebido unas copas de más" "Si un libro no gusta, no hay que leerlo" La primera mitad tiene muchos lugares comunes pero, se compensa con la otra mitad cuando se pone "picante" diciendo lo arriba citado. De todo el libro rescato lo que más interesante: las menciones de títulos y autores que ya me agendé para próximas lecturas. Me gustó!

Aunque los libros sobre libros - y la lectura- son aún escasos en Chile en comparación a otros países, lo interesante de esta propuesta es la des-mistificación de la lectura como virtud, como necesidad para un desarrollo personal o un crecimiento espiritual, creativo, etc. En un principio, esto podría parecer desmotivador, pero la autora -ella misma una gran lectora- nos aclara cuáles son, a su juicio, las autenticas ventajas de una lectura provechosa, más allá de los prejuicio a favor o en contra del hábito de leer. Si bien su análisis está centrado en la realidad del mundo anglosajón, me parece que es un buen intento por explicar la importancia de la lectura en esta sociedad competitiva, acelerada y centrada en las imágenes, donde el libro como soporte tiene cada vez menos importancia, a pesar de que nunca antes hemos leído tanto y de tantas formas distintas como en estos tiempos. Lo paradójico y consecuente con el titulo del libro, eso sí, es su precio en Chile versus la cantidad de paginas. El único y gran argumento "contra la lectura..." Valor aproximado en Chile, en librerías US$ 40 (Librería Catalonia). PD: otra cosa curiosa del libro es su inicio, donde se compara el habito de leer con el de masturbarse. ¿Será porque la autora es también psicóloga?

Definitivamente, no es para mí. Me esperaba algo muy diferente, sobre todo menos didáctico en el sentido de que hay mucha información que te pueden dar en una clase de literatura (la introducción sobre todo, eran páginas de títulos de libros y trabajos sobre libros y lectura que ya son mencionados en la bibliografía y solo aportan más páginas al libro que de por sí es cortito). Me gustó el título, la portada y la sinopsis, pero no el libro. No conecté con nada, y tuve la impresión de que el público que lo va a disfrutar es principalmente perteneciente a una clase universitaria.

Demoledor ensayo acerca de la lectura, sus hábitos y los esfuerzos -nobles por cierto- de personas y organizaciones que pretenden que las masas lean. Sin embargo Mikita Brottman nos da luces de que estos esfuerzos no siempre han estado adecuadamente encaminados y que se obvia ciertos aspectos que el ensayo expone. . Muy recomendado.