Desde la más remota antigüedad, el hombre pretendió traspasar los límites naturales del tiempo y el espacio. La idea de trascender la muerte siempre rondó el imaginario de la humanidad, sin distinción de religión, tradición o cultura. Cada sociedad, a su manera, vislumbró la existencia de un lugar o una instancia posterior a esta vida terrenal.Nuestra alma reclama el encuentro con su alma gemela, con quien ya compartió experiencias anteriores en vidas pasadas.Su unión está plagada de misterios.