La historia de amor entre una antigua cortesana enriquecida y un joven guapo y tenebroso.Publicada por vez primera en 1920, Chéri es uno de los títulos más emblemáticos de Colette. La acción transcurre antes de la I Guerra Mundial, y nos muestra un mundo nostálgico e inmoral: el mundo liberal de la belle époque. Léa, la protagonista, es una antigua cortesana que, al borde de los 50 años, hace seis que vive liada con el hijo de una amiga. Fred Peloux, apodado Chéri, tiene 24 años, es extraordinariamente guapo y joven, algo perverso y mimoso, y un magnífico amante. Ambos creen que su relación es desenfadada hasta que Chéri se casa y se ven obligados a separarse. En ese momento, los dos se darán cuenta de que están enamorados… El retrato irónico de los círculos sociales, el análisis sutil del alma femenina, los encantos de la seducción y el humor triste de la autora hacen de Chéri una de las obras más apasionantes de Colette.
Chéri ha sido mi primer acercamiento a la obra de Colette y pasará sin pena ni gloria entre mis lecturas de este año. Tenía unas expectativas brutales teniendo en cuenta el personaje que fue, la libertad con la que escribía y lo escandalosa que fue su vida. Pero sin llegar a disgustarme no ha sido un libro que me haya fascinado. Chéri es el protagonista de esta corta novela, un joven, rico, caprichoso e inexperto chico de unos 20 años que mantiene una relación con Lèa una cortesana de unos 50 años, con grandes conocimientos en los juegos de seducción y con un experimentado recorrido amoroso. Ambos viven apasionados y sensuales encuentros durante años despreocupados de cualquier obligación hasta que deciden ponerles fin. Me ha gustado mucho el curso que toma la novela y, en especial, la de los personajes a partir de ese momento crucial en la obra. Ya que cada uno de ellos, aún creyéndose libres de cualquier sentimiento, toman diferentes caminos y distinta forma de asimilar sus nuevas vidas. La autora nos muestra cómo afectan las relaciones a cada uno, dependiendo de sus situaciones, de su edad, de sus intereses, de su nuevo entorno y a pesar de la idea inicial que uno pueda llegar a tener. Todo esto está bien y la época es una maravilla. Pero ni los años 20 han podido conquistarme entre tanta banalidad y superficialidad. Una excelente representación de la alta sociedad parisina de aquellos años que a mí me ha resultado anodina y, en algunas ocasiones, aburrida. Igualmente, creo que volveré a intentarlo con la autora más adelante.