Frescor entre cuatro paredes, conciencia del escándalo de la tierra: avispas, corrientes, nubes, precipitándose hasta el ocho tumbado. Gruesas piedras le hacen de cuenco; sin lo interior no podría ser formulada la cosmovisión cambiante. Al amanecer, descendió hasta el río sin pisar las transcripciones: todo lo no entendido seguía allí.