Al comenzar el libro nos encontramos en otro ambiente, otro lugar. La trama se acelera, el malo malísimo vuelve a entrar en escena (realmente nunca se fue pero su amenaza se difumino en el segundo libro) para desbaratar nuevamente la vida de Pearl. Ella ha cambiado, su forma de ver las cosas ya no es la misma y, aunque intente rehacer su antigua vida ya no será posible, mucho menos si el obstinado de Crow no se lo permite. El final es trepidante, emocionante, sangriento y a mí me hubiese gustado incluso más cruel. Con él se cierra perfectamente toda la historia.