Vida y obra forman en Rafael Alberti (1902-1999) una indisoluble y correlativa unidad que impide que cualquiera de ellas pueda desvincularse de la otra. Entre la elegía y la canción, y siempre fiel a sí mismo y al paso de la historia, Alberti es un compendio de las corrientes y de los movimientos literarios que ha ido generando el siglo XX. Contribuyó al neopopularismo con Marinero en tierra; fundió gongorismo y ultraísmo en Cal y canto; se asomó al surrealismo en Sobre los ángeles; puso los cimientos de la poesía cívica en su escritura en la calle; poetizó el cine y el billete de tranvía, el fútbol y los toros, el cuerpo femenino y la revolución; escribió la poesía más plática y compuso la pintura más poética; se adelantó ala poesía social y se acercó a la de la experiencia; hizo libros del material de su memoria y retornó a lo vivo lejano: a lo lejano azul. En definitiva, Rafael Alberti es el gran poeta-pintor del luminoso recuerdo del color: un poeta visual y gráfico, capaz de pulsar todas las formas, atravesar el remolino de los ismos y refundar y releer, desde una perspectiva propia, toda la tradición.
Una obra que debes leer si quieres tener un amplio conocimiento de las poesía de habla hispana del siglo XX. Algunos poemas los conocía por un CD grabado en directo de una actuación del cantautor Paco Ibáñez junto al mismo Rafael Alberti. Otros los he descubierto leyendo esta antología. Unos poemas me han gustado más que otros, algunos me los sé de memoria y otros los he leído solo una vez... pero la antología merece la pena. Recomiendo su lectura a los amantes de la poesía y a los que queréis aproximaros a ella... 29 de junio de 2021
LA PALOMA Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir al Norte, fue al Sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba. Que las estrellas, rocío; que la calor, la nevada. Se equivocaba. Que tu falda era tu blusa; que tu corazón, su casa. Se equivocaba...
SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA. Si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera. Llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra. Oh, mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla...
Hoy las nubes me trajeron, volando, el mapa de España. ¡Qué pequeño sobre el río, y qué grande sobre el pasto la sombra que proyectaba! Se le llenó de caballos la sombra que proyectaba... Canción nº 8 de "Baladas y canciones del Paraná"
El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar? En sueños, la marejada me tira del corazón. Se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá?
LO QUE DEJÉ POR TI. Dejé por ti mis bosques, mi perdida arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida, un resplandor de fuegos no apagados...
NOCTURNO. Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que transita solamente la rabia, que en los tuétanos tiembla despabilado el odio y en las médulas arde continua la venganza, las palabras entonces no sirven son palabras...