Nacida en una época donde la emancipación de las mujeres aún parecía lejana, Ágatha fue un espíritu libre. Mujer hecha a sí misma, movida por su tenacidad, su seguridad, su curiosidad sin límites y sus ansias de tener una vida más rica y plena, rompió con las convenciones sociales para vivir muchas experiencias sólo reservadas a los hombres. Estas experiencias -las extraordinarias, pero también las dolorosas- se convertirían en el motor de su obra y la llevarían a emerger como la escritora más exitosa de todos los tiempos.