¿Recuerdas las viejas normas de urbanidad que explican cómo debe saludarse, cuál es el cubierto del pescado o la mejor manera de vestirse en una recepción?. El libro que tienes en tus manos es otra cosa... o tal vez no, porque, aunque ahora ya no seamos tan estrictos con eso de la urbanidad, bien es cierto que conocer alguna norma, además de tener un poco de sentido común y respetar a los otros (¡y, cómo no, a nosotros mismos!), nos ayudará sin duda a estar bien y a mejorar nuestra relación con los demás.