Una madre de 102 años con una embolia, una gripe y muy pocas ganas de morirse; un hijo de más de 70 con una mujer posesiva y medio calva, una empresa que se hunde y una jublilación que no llega, o llega; otro hijo de 60 que la cuida, la baña, la peina y casi la mata (a la de la embolia); una testigo de Jehová que los visita cada miércoles; muchas libretas y pocos ahorros; una casa que hay que vender (¡pero,ya!); una pistola que se dispara; un orinal que para la bala; un viaje a las Canarias...o a Alaska; y timbres, timbres...., muchos timbres. Una comedia, claro.