Precedida de la polémica, llega una obra valiente e inteligente que nace de una vivencia real: el deseo de un padre de responder a las grandes preguntas de sus hijos sin poner a dios de por medio. ¿Cómo hablar a los niños de la muerte y del sentido de la existencia desde una perspectiva agnóstica o atea? ¿Qué contestarles a los más jóvenes cuando nos preguntan por dios, el cielo o el alma desde una postura racional y crítica? El resultado es un delicioso recorrido por las bases que sustentan la creencia o no creencia en dioses, que explora lo que significa el alma, los dioses, las religiones, la teoría de la evolución, el agnosticismo, el ateísmo, la bondad y la felicidad... Una lección de espíritu crítico y valores universales sustentados en aspectos que no guardan relación con la divinidad en una de las obras de ética más accesibles y conmovedoras que se han escrito jamás.
Me ha encantado. Aunque prácticamente es un libro de citas realmente te las presenta de una forma lógica y entretenida. Muy bueno si, como presenta el libro, no sabes bien por dónde empezar a hablar con tus hijos cuando comienzan a salir al mundo (casi siempre a la edad de empezar a ir a la escuela) y comienzan a conocer a otras personas que practican alguna religión fervientemente y por ende llegarán con preguntas sobre algo que es nuevo y raro para ellos; todo basado en el análisis, la crítica y la reflexión. Totalmente recomendado.
no me parece bien hacer creer a los niños cosas que no son ciertas, aunque la intención sea buena.
Pero tú también quieres que creamos en algo, ¿no? Quieres que creamos que los dioses no existen. Lo que yo quiero es que nadie os obligue a creer en nada. En nada, en nada.