Hoy es domingo.Estamos todos en casa.Después de comervamos a dormir la siesta.Nuestro protagonista quiere dormir,pero los ruidos cotidianos no le dejan.Escucha el ¡zzz-zzz-zzz! de los ronquidosde su madre; el ¡clin-clin-clin! del tenedorde la abuela batiendo huevos Este relato incide en la importancia derespetar las horas de sueño de los máspequeños y concede, sobre todo, unpapel relevante al sentido del oído parair conociendo cada día un poco más elmundo que nos rodea.