A mediados de los noventa Moore estaba enfrascado en proyectos minoritarios, como From Hell y Lost Girls, y veía cómo los cómics de superhéroes habían adoptado la visión irónica que él contribuyó a popularizar con Watchmen o V de Vendetta. Tenía la necesidad de recuperar el espíritu clásico de los cómics de los años cuarenta y cincuenta, y surgió una ocasión inmejorable: Rob Liefeld, creador de Supreme, imitación oscura de Superman, le ofreció el guión del personaje. El resultado: una serie donde las nuevas situaciones y los nuevos personajes sorprenden cada vez más.