«Barcelona es una ciudad donde la violencia no respeta ni a los viejos ni a los niños, una ciudad donde la vida en su estado natural es cruel y a veces sucia, una ciudad donde reina una batalla sin cuartel de todos contra todos y donde los más fuertes y los más sinvergüenzas avasallan a los más débiles.» «Barcelona es una ciudad violenta, más de lo que la gente cree…» La investigación de un caso de espionaje industrial hará que Evaristo Conrado, ex-guardia civil metido a detective privado, se vea inmerso en una compleja trama de intrigas masónicas, asesinatos y experimentos farmacéuticos con soldados españoles en Afganistán. Para ello deberá adentrarse en los más oscuros ambientes policiales y en los bajos fondos de la Barcelona actual. Con una narrativa ágil, llena de ironía y cinismo, Siempre quise bailar como el negro de Boney M recupera el sabor de los clásicos americanos de novela negra.
Buena novela negra. De un tiempo a esta parte este género ha adoptado una forma más aséptica y ha perdido la dureza que uno podía encontrar en autores como Dashiell Hammett. José Luis Romero ha logrado recuperar la novela hard-boiled, unirla al estilo de Montalbán y darle el toque actual y personal que necesita. Aparte de esto, Romero demuestra tener una auténtica maestría a la hora de describir lugares y personajes, haciendo posible que todo cobre una clara imagen para el lector. La trama engancha en todo momento y tiene giros inesperados. Sin duda, recomiendo su lectura.