QUIERO COMERME TU PÁNCREAS

Antiguamente existía la creencia de que si enfermabas de un órgano, podrías curarte comiéndote el mismo órgano de un animal. Menudo acierto para el título y el desarrollo de esta historia... Nada más lejos de que esto se refiera a algún rollo de canibalismo o antropofagia...no. La protagonista es una adolescente que tiene una enfermedad terminal que guarda celosamente en secreto, no quiere ser la comidilla de nadie y sobretodo quiere vivir el poco tiempo que tiene de una forma normal. Un día en la sala de espera del hospital un chico se sienta a esperar su turno y descubre un libro en el asiento contiguo, al ojearlo descubre que es una especie de diario de una chica a la que reconoce como su compañera de estudios. Al verse descubierta, decide sincerarse con él y contarle su pesar, no sabe pq, ya que en su vida ni si quiera se han dicho un "hola". A raíz de esta casualidad, comienza una relación de ¿Amistad?. Ella cambia la vida de él, que es un chico introvertido y antisocial y él le aporta a ella esa normalidad que tanto ansia en estos meses finales. Este libro nos da una lección de vida o mejor dicho de muerte. La historia te azota, te hace sentir angustia, pasión, tristeza, felicidad.... Es pausada y predecible, al final ya sabemos cómo termina, pero aún así pega un giro y te sorprende. Lo más interesante es como van cambiando sus protagonistas, su crecimiento, su evolución . Un relato largo que se lee muy rápido y está lleno de enseñanzas. Recomiendo su lectura, es más, yo misma lo volveré a leer convencida que se me quedan cosillas pendientes de encajar.