Novela negra que, sin ser gran cosa, se deja leer a pesar de ser un autor sudamericano, tan proclives éstos a enmarañar las tramas. La frase: "La mujer era categórica y eso me gustaba. También apetecían sus labios, el suave declive de sus caderas y el perfume que de seguro dejaba escurrir entre sus pechos". Hasta más ver, leedores.