NO ERES TU, SOY YO...

Recreación de Cyrano de Bergerac por partida doble y en versión 2.0 que me ha suscitado sensaciones contrapuestas. Por un lado está la eterna historia de amor al estilo Cyrano que obliga a los protagonistas a idear las mejores frases para encandilar al pretendido amor de un tercero haciéndose pasar por ese pretendiente sin ideas románticas propias. La parte de la historia que realmente me ha interesado es la originalidad de la revisión de un clásico convirtiéndolo en un argumento basado en las RRSS y la forma de relacionarse del siglo XXI. Y también he sentido mucha empatía por sus dos protagonistas, que combaten a base de ironía desencantada la soledad que sienten en medio de la multitud y sus dudas de no estar a la altura en una sociedad tan competitiva como la norteamericana. Lo que no me ha gustado tanto es el localismo neoyorquino al que la autora ha circunscrito el inmortal argumento de equívocos amorosos. Teniendo en cuenta que yo no soy oriunda de la Gran Manzana, las constantes referencias a la ciudad que nunca duerme me han resultado excesivas. Pero supongo que ese es un problema personal mío y no realmente un demérito de la novela. Su lectura me ha recordado mucho a "El diablo viste de Prada", ya que en ambas están presentes todos los códigos comunes de los profesionales treintañeros neoyorquinos, que constituyen un "background" existencial muy alejado del mio.