El casual hallazgo entre escombros de un cuadrito singular y sin valor aparente es, en realidad, la punta del iceberg de una colección de valiosisimas, extravagantes e irreverentes obras de arte que, durante la Guerra de la Independencia, un grupo de iluminados escondió en algun rincón del inextricable laberinto de túneles que surcan el subsuelo de valderrobres, un pueblo del Maestrazgo turolense.