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Sinopsis de LOS HOMBRES DE VERDAD... NO MIENTEN
Tenía que haber sido una aventura de una sola noche. Y después, tanto Beth Cantrell como Eric Donovan deberían haber seguido cada uno su camino. Esa había sido la única razón por la que él le había mentido sobre su nombre, haciéndose pasar por su alocado hermano pequeño. Y disimulando así su carácter conservador. Pero el deseo poseía su propia lógica, y Eric descubrió que no podía quitarse de la cabeza a la belleza de cabello castaño con quien había compartido una abrasadora noche de pasión. Cuando Beth se enteró de que Eric le había mentido, supo que no era de confianza. Su cerebro la instaba a olvidar a aquel seductor de ojos azules. El problema era que cada fibra de su ser anhelaba volver a estar con él.
1 reseñas sobre el libro LOS HOMBRES DE VERDAD... NO MIENTEN
La pareja ha sido una delicia de principio a fin. Nos encontramos a dos solitarios que han hecho del blindaje su mejor arma, dos personas tan confusas con su actualidad y a la vez tan vulnerables, que realmente te van ganando palmo a palmo. Es un romance que si bien destila sensualidad a manos llenas, también te deja el claro pensamiento que hay que avanzar, perdonar y seguir sin temores, con el alma llena de esperanza. Realmente LOS HOMBRE SE VERDAD... NO MIENTEN, ha sido un gran final para una serie que ya apuntaba maneras. Se que me falta el primero, pero por el momento lo que tengo ahora mismo me tiene más que encandilada y ya os digo, amé esta historia totalmente. Victoria Dahl es de esas plumas que saben lo que hace, pero aquí si quiero decir algo, me siento molesta con la corrección que esta obra ha tenido. Si bien soy consiente de lo que leo y no me confundo, me enfada mucho ver que se cambien los nombres de personajes, ojalá logren evitar eso, porque estas historias son maravillosas y valen la pena una segunda revisión. ¡Feliz lectura!
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FRASES DEL LIBRO LOS HOMBRES DE VERDAD... NO MIENTEN
-Todos tenemos un cajón muy especial en la mesilla [] Tal vez la tengas oculta en tu tocador. ¡Pero no hay motivo alguno para que escondas tus juguetes sexuales! ¿No te decía siempre tu profesora lo bonito que era compartir tus cosas?
