LAS PEQUEÑAS MENTIRAS

Reseña del libro “Las Pequeñas Mentiras” de Laura Balagué Esta novela policíaca se desarrolla en San Sebastián y la protagonista es Carmen Arregui, una inspectora de la Ertzainza que tiene que resolver el asesinato de Cristina Sasiain, una mujer de la alta sociedad donostiarra, en la peletería de la que era dueña. El argumento se desarrolla sin grandes sobresaltos ni giros inesperados y se centra en la investigación del asesinato, centrándose en las personas que constituían el entorno de Cristina. Se podría decir que es una novela policiaca lenta, pero yo creo que lo de menos en esta novela es la trama policíaca. A mí me ha interesado mucho más la descripción de la vida de Carmen Arregui, una policía de mediana edad, casada y con dos hijos, con una vida familiar bastante bien estructurada y sin grandes dramas. Pero en ella yo he querido descubrir la angustia vital de quien ve que ha dejado la mitad de su vida atrás y no sabe las cosas que se ha podido perder con sus decisiones. También pesa en ella la culpa por no poder ocuparse más de su madre enferma, dejando este tema en las manos de su única hermana, y también porque piensa que pasa muy poco tiempo con su marido y sus hijos y demasiado en la comisaría y en la calle, intentado resolver sus casos. Una vida muy común, pero que sí es el reflejo de las emociones y los sentimientos de muchas mujeres que piensan que no están haciendo bien las cosas ni llegando a todas las obligaciones que se autoimponen. Ella no es una superwoman, así que tiene bajones, siente culpa, y no es capaz de reprimir la antipatía visceral que siente por uno de sus subordinados. Intenta racionalizar todo eso, pero muchas veces, las circunstancias y los acontecimientos la superan, y se vuelve a meter en esos círculos viciosos emocionales. Esta novela me ha recordado en algunos aspectos a “La Canción Triste de Hill Street”, donde los policías eran seres humanos y no superhéroes, que tenían problemas personales y profesionales y que lidiaban con ellos lo mejor que podían y sabían. Es decir, la vida misma. A mí la novela me ha interesado mucho más en este aspecto intimista que en lo que es la trama policiaca pura y dura, donde el argumento se desarrolla en un círculo cerrado pequeño y asfixiante, donde casi todos los sospechosos son ricos y aparentemente disfrutan de vidas perfectas y sin embargo, debajo de esa superficie de glamour se esconden unas relaciones familiares completamente rotas y desestructuradas.