Valor histórico, probablemente. Originalidad de la trama es lo que rescato. No es erótico, no es estimulante. Es grotesco y no mucho más.
Llevo más de 60 años leyendo todo lo que cae en mis manos y puedo asegurar que es el libro más pornográficamente cochino que he leído. Cada página supera a la anterior en barbaridades eróticas. No obstante, la morros a curiosidad que mora en todos, (y todas), nosotr@s, nos impele a leerlo de un tirón. Feliz lectura.