La inspectora Raquel Silva, especialista en la reconstrucción del escenario de un crimen, está a punto de enfrentarse al caso más escalofriante de su carrera. Un joven aparece muerto de una de las formas más brutales que ha visto nunca. No solo le han arrancado la cabeza, sino que ha sufrido múltiples heridas antes de morir. Una de las inspectoras con más talento de la policía sufrirá en su propia piel la aterradora verdad que se encuentra detrás del horrible crimen que acaba de presenciar.
Lo que me ha gustado del libro es el hecho de intercalar los diferentes personajes y momentos temporales por capítulos. Esto hace ganar expectación y tensión al ir sabiendo información posterior y anterior, pero no acabar de esclarecerla hasta casi el final. Aunque en seguida vi por donde iban los tiros del libro, en algunos puntos me ha parecido inverosímil, en otros rebuscado y/o demasiado macabro. Y por eso he bajado la nota.