EL LIBRO DE LOS ESPEJOS

“El recuerdo de las cosas pasadas no es necesariamente el recuerdo de las cosas tal como ocurrieron” frase del autor que puede resumir perfectamente esta novela de intriga, totalmente aconsejable. Está estructurada en tres partes y cada una de ellas con un narrador diferente pero una línea argumental común: 1º Peter, un agente literario, recibe un manuscrito que narra la vida y los hechos, ocurridos 30 años antes, a Richard (autor del manuscrito) estudiante en Princeton, Laura estudiante y compañera de piso y el prestigioso profesor de psicología Joseph Wieder que prepara un nuevo libro; pero el manuscrito termina de un modo abrupto con un suceso ……. 2º Peter busca la ayuda del periodista John Keller para encontrar el resto de la novela o que entreviste a las personas implicadas, con la finalidad de conocer la realidad de los hechos pero al darse cuenta de que no llega a ninguna conclusión en la 3ª parte aparece Freeman, un policía jubilado, que descifrará la realidad de los sucesos. Con frases muy cortas, contundentes, directas, sin adornos, sin casi ambientación, con un retrato perfecto de cada uno de los personajes (muy pocos) y con un ritmo endiablado, el autor nos aporta una amplia visión de los hechos (desde distintos puntos de vista), haciéndonos dudar de todo pero, al tiempo, nos atrapa en la lectura y nos dirige a poner las últimas piezas de un puzle que en ciertos momentos nos pareció imposible completar. La trama del libro en realidad nos sirve para descubrir la gran capacidad de la mente humana para maquillar, embellecer o falsificar los recuerdos, para “jugar” con nuestra memoria, para hacernos olvidar lo que ha ocurrido en algún momento o crear un recuerdo falso o transformar la supuesta realidad objetiva en otra cosa, en nuestra propia realidad; la capacidad que tenemos para reescribir u olvidar un acontecimiento determinado (traumático) o la recuperación de la memoria por una imagen y, finalmente, el terrible Alzheimer que lleva a uno de los protagonistas a decir que debe desentrañar estos sucesos ahora, ya que muy pronto no recordará nada pues el Alzheimer devorará sus recuerdos.

Cuando el agente literario Peter Katz recibe un manuscrito titulado El libro de los espejos, no puede evitar sentirse intrigado por lo que encuentra en él. Se trata de las memorias de un tal Richard Flynn, y en ellas habla de su época como estudiante en la Universidad de Princeton en la década de los ochenta, al tiempo que relata su estrecha amistad con otra estudiante y su relación con el profesor Joseph Wieder, un reconocido psicoanalista especializado en la pérdida de la memoria. En el manuscrito, Flynn vuelve a los detalles olvidados de aquellos meses para contar la verdad sobre un trágico suceso que tuvo lugar la víspera de Navidad de 1987,hace más veintisiete años. Pero el manuscrito termina de forma abrupta y el agente literario se obsesiona por desenterrar la verdad. No será el único: un periodista de investigación intenta reconstruir los hechos y el detective original del caso, ya jubilado, pretende resolverlo antes de que el Alzheimer devore sus recuerdos.

Está muy bien escrito es lo que lo salva, por eso no se te hace pesado, pero si la tomamos como novela policíaca (que sería el género) es un poco tramposa, partimos de una premisa que no es cierta aunque no sea falsa del todo y los diferentes narradores aportan pocos elementos que te permitan seguir en el juego y de repente una solución que será necesario completar. Intenta hacer del recuerdo y la memoria un elemento importante y sin embargo no acaba de conseguir encajarlo. Te engancha, pero a mitad de libro ya tienes claro que el escritor no te dejará entrar en el juego.