Una serie de asesinatos en las recámaras del Vaticano, sin aparente vinculación, oculta sus razones en un lejano pasado. Las respuestas podrían esconderse en las intrigas palaciegas de 1929, cuando crece el poder de la Santa Sede a la sombra de Mussolini y Hitler, y en las extrañas circunstancias del final de Pío XI y su sucesión por Pío XII. Las muertes acontecen a gran velocidad mientras el padre Gonzaga, experimentado detective, llega desde Oriente Próximo para investigar los crímenes; le acompaña Shoval, una enigmática forense israelí. Desde Ammán hasta el centro de Roma hay un camino más largo del que se pueda sospechar. Los protagonistas están atrapados en un juego de sombras donde nada es lo que aparenta: ni en el pasado, ni en el presente.
La iglesia católica, es el organismo visible más poderoso sobre la faz de la tierra. En este contexto, al igual que en cualquier organización existen pugnas por el poder, rivalidades, enemistades, espionaje, y actos de mala fe, vamos pecados en nombre de ... la religión. La iglesia posee una piel dura y resistente, que debe mantener para ocultar toda degradación que exista debajo de ella, e impedir a toda costa se convierta en visible, so pena de perder credibilidad ( lo que ha ido sucediendo constantemente). Por esta y otras muchas razones esta institución, se presta a múltiples teorías conspiranoicas, algunas con más o menos credibilidad , y por supuesto un tanto de verdad. una intentona de “ corregir “ esta negatividad se da con la canonización y beatificación, lo que genera ídolos, modelos a seguir y por lo tanto mantiene y granjea adeptos , para evitar el derrumbe de una institución que a todas luces acusa corrupción en su seno. Aún manteniendo ciertos preceptos que le han llevado a ser la religión más connotada a nivel mundial. En este contexto Palou, toma dos elementos, los investiga hasta donde resulta factible ( la iglesia por supuesto protege sus execrables secretos). Por un lado la participación de Pio XII en la recuperación economica de la iglesia, en contubernio con el fascismo de Mussolini y el Nacional-socialismo Hittleriano. Además de su supuesta participación en el deceso de su predecesor ( Pio XI ) para convertirse en el hombre más poderoso del catolicismo. El segundo elemento es el intento de canonización de dicho Papa, a lo que la comunidad judía se ha opuesto vehementemente por su participación antes y durante la segunda Guerra Mundial , acusándolo de partícipe por omisión en el holocausto, la muerte y migración forzada de millones de Judíos. , Bajo esta fórmula se crea un thriller, soportado por la minuciosa investigación. En el cual un jesuita, con dotes de investigador, y una forense, de origen Judio ,que se hace pasar por eclesiástica deben resolver una serie de crímenes relacionados con la investigación de la vida obra de Eugenio Paccelli ( Pio XII) en un intento de ocultar documentos perniciosos para su canonización. Investigación que lleva a otras conspiraciones reales, desde la creación de la orden jesuita, el papado de Inocencio XI, marcado por la omnipresencia de su cuñada Madachini, la creación de la Orden Negra, y otras órdenes de contraespionaje, la división de los jesuitas de la iglesia católica el origen de los pasquínes y otros subterfugios de la iglesia que le permitieron sobrevivir aún a costa de su credibilidad. Innegable el hecho de la participación política y económica de la Iglesia en la historia y el destino del mundo. Como innegable esta buena obra de ficción con un enorme soporte de Investigación de Pedro Angel Palou.
El dinero es la causa de que las instituciones de fe se pudran. Asesinatos, una investigación al seno del Vaticano, en donde los crímenes pasan de largo para las autoridades; todo tiene que ver con un pasado en donde el papado se jugó su estabilidad y para ello había que matar.
Un lugar no es sólo el presente que lo habita, sino el pasado como laberinto, la superposición de todos los tiempos. La plaza de San Pedro es el enorme espejo donde se contempla el rostro del Vaticano.
Es lo que se necesita para librarse del infierno, que la culpa lleve al verdadero arrepentimiento. En su caso requería, además, borrar con acciones sus actos antiguos, muestra de debilidad humana, de orgullo terrenal. ¡Había querido salvar al Vaticano y por ello había obrado mal!
Dios no necesita a la Iglesia. No me necesita con sotana ni en obediencia a los tribunales de la mentira.