"Dougless Montgomery había tratado de ser la esencia misma de la norteamericana moderna. Había planificado este viaje de vacacionescon especial cuidado, deseando que todo resultase perfecto para Robert, el hombre con quien esperaba casarse algún día. Y ahora, después de una estúpida pelea, estaba abandonada en una iglesia de la campiña inglesa. Tirada sobre una fría lápida, llorando de furiay frustración, clamaba por un caballero de brillante armadura que la sacara del abismo Repentinamente, el más extraordinario hombreapareció ante ella Nicholas Stafford, muerto en 1564, según su tumba"