Cuentos negros soberanos es una colección de trece narraciones cortas en las que el autor describe las vivencias de su etapa en Guinea. Se inventa la República de Langa y la capital Santa Clara, pero es fácil adivinar que se está refiriendo a Guinea Ecuatorial. La escritura es cruda como lo fue la realidad y no se detiene en suavizar las situaciones. Desde el trato que los blancos daban a las mujeres indígenas, la arbitrariedad de los funcionarios, los caprichos excéntricos del nuevo presidente… Y, sobre todo, lo más cruel que fue el desprecio absoluto del dictador a los derechos humanos incluida la vida de las personas, el régimen de terror impuesto sobre los habitantes del país y el caos económico que llevó a pasar necesidades a la mayor parte de los ciudadanos destrozando todas las estructuras económicas y dejando a la nación si reservas y sin divisas. Hasta tal grado de locura llegó Francisco Macías que la única ley era su capricho y un grupo de fieles descerebrados eran los encargados de hacerla cumplir, con derecho a golpear, torturar, encarcelar o matar sin ninguna causa racional. Leer ahora este libro sigue produciendo una sensación de profunda desazón y, quizás, la pregunta de si todo aquello un fue evitable y quién fue el responsable de haberlo evitado.