CIENCIAS OCULTAS

Ciencias ocultas, de Mike Wilson En la anterior reseña mencioné que los libros de editorial Fiordo fueron la característica común de muchas de mis mejores lecturas de 2023; otra fue la literatura experimental. Entre los “oulipianos”, Leonardo de León y Mike Wilson, pasé grandes momentos entre los que me dejé mecer por la sorpresa, la maravilla y el entusiasmo. Porque hay escritores que simplemente cautivan con su forma de escribir, y otros que incitan y provocan con su forma de decir. Leí «Ciencias ocultas» en un par de días, con la pregunta constante de “¿qué es esto?” invadiendo mi mente y una fascinación inmensa por el lenguaje de Mike Wilson, quien ya me había dado un fuerte sacudón con «Leñador». Esta novela, posterior, es distinta a la primera, pero destila el mismo aire, la misma búsqueda del lenguaje y la escritura. En principio aquí encontramos a cuatro personajes: una mujer joven, un hombre, una anciana y un perro, todos en la misma habitación. En medio de ellos, yace un cadáver. ¿Qué ha ocurrido? ¿Quiénes son ellos, quién el muerto, qué ha ocurrido? La novela comienza a desgranarse como un delicado grano de arena cayendo por el cilindro diminuto de un reloj. A ese ritmo transcurre, grano a grano, mediante profusas, exhaustivas y detalladas descripciones de las personas y de la habitación, la historia. «Ciencias ocultas» tiene el potencial de ser cualquier tipo de novela: policial, de horror, metafísica, y cuando al fin se comienza a definir la sorpresa se cierne sobre el lector que ahora tiene en su mano el reloj de arena listo para darlo vuelta y devolver, grano a grano, el ritmo de la lectura para replantearse lo leído. A mí me pasó eso. El profundo secreto del libro me cayó de golpe horas después y me quedé petrificada, complacida y si, admirada una vez más por la prosa y el grado de poesía y la inventiva de este autor que se volvió imprescindible para mi biblioteca. Siempre recomiendo los libros que me gustan, pero haré una advertencia con este: es para lectores que gusten aventurarse por senderos apenas abiertos, casi difusos, para lectores pacientes y entusiastas. Para el lector que disfruta la aventura literaria.

Debo confesar que no pude con él. Superdescriptivo. Demasiado para mí gusto. Por un mandato ridículo no puedo dejar de leer hasta la última página. Sus descripciones rompieron el mandato