Bienvenidos a un mundo dominado por ladrones de museos, por gánsters amenazadores, por traficantes de mujeres, por profuctores de televisión con motivos ocultos... Bienvenidos a una Nueva York que no sale en las películas. A los barrios más pobres de una ciudad en la que sólo una muchacha como A.Y. Jalisco tiene las agallas de poner ley y orden.