Juvenal Acebedo reside en un palacete que ha adquirido tras la venta de la fábrica de alambre de su padre por varios millones de euros. Su vida cambiará cuando conoce a Minerva, una chica joven con unos antecedentes familiares un tanto oscuros y que al parecer vivía en esa misma casa con sus cuatro hermanos. Juvenal decide darle trabajo en la casa como criada y acaban incluso teniendo cierta amistad y pequeñas luchas de poderes. Así, en cierto momento de la narración, él decide hurgar en la vida de la chica y monta una sesión de espiritismo con un médium, Arístenes, quien le muestra en un espejo que hay fantasmas en la casa.