Aurora se siente perdida; su vida ha cambiado bruscamente pasando de vivir en la Moraleja a un barrio del extrarradio. Su marido la ha cambiado por una de veinte. Se siente hundida y perdedora hasta que conoce a un vecino que le ayudará a volver a creer en sí misma.Se trata de un misionero que ha vuelto tras muchos años en África. Es un hombre salvaje con un modo distinto de entender la vida. Aurora se siente muy atraída por él, y acepta participar en sus juegos. Pero, ¿esto debe ser pecado?, se pregunta con remordimientos.El misionero guiará a Aurora por un camino donde descubrirá sensaciones nuevas, placeres impensables para ella y vivencias únicas que le permitirán romper todas esas cadenas que la atan a sus miedos y temores más profundos. Aurora se siente intrigada por pasado de su nuevo amante, necesita saber quién es, que secretos oculta para saber de quien se ha enganchado tanto.