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Sinopsis de LAS EDADES DE LULU

Una larga historia de amor que no se resigna a dejar deserlo, va haciéndose más compleja y envolvente. Sumida todavía en los temores de una infancia carente de afecto, Lulú, una niña de quince años, sucumbe a la atracción que ejerce sobre ella un joven, amigo de la familia, a quien hasta entonces ella había deseado vagamente. Después de esta primera experiencia, Lulú, niña eterna, alimenta durante años, en solitario, el fantasma de aquel hombre que acaba por aceptar el desafío de prolongar indefinidamente, en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú, ya con treinta años, se precipita, indefensa pero febrilmente, en el infierno de los deseos peligrosos.

29 reseñas sobre el libro LAS EDADES DE LULU

Es el primer que he leído y me alegra mucho que haya sido el primero que ella escribió, porque me ha permitido darle la bienvenida a mi mundo lector desde su mismo inicio: “Eres bienvenida Almudena a la biblioteca de mi casa, con este y con todos los otros libros que tienes, de los cuales he sabido que tienen muy buena crítica… No Almudena, no me dejo llevar por la crítica, sé que mi gusto es buen particular y diferente, pero me gusta saber qué es lo que piensan las personas sobre los libros. Créeme, si no hubiera sido así, no habría comenzado mi acercamiento contigo precisamente con este libro… Si, con este te han dado duro, pero vez… a mi me ha parecido muy bueno, me alegro mucho de haberlo leído”. La verdad, no me lo esperaba. Es un libro muy intenso, en el cual se describen unos periodos muy precisos de la vida de Lulú, momentos que fueron los que la marcaron para que fuera de la forma en la que se narra. Pensaba yo: “y todos los otros momentos que no nos cuenta porque para ella eran un poco más normales pero a más de un decimonónico lo hubiese dejado pasmado”. Ella, por la suerte o por la desgracia de haber conocido a Pablo, se vuelve adicta al sexo desde muy pequeña. Él funge como guía, como gurú, y la va llevando, desde el principio, a experimentar aspectos un poco distintos, un poco oscuros sobre lo que significa el seco, que es bien diferente al amor. Ella se deja llevar, porque desde que lo descubre, y esto pudo haber sucedido a través de su propio instinto, sabe que sin su práctica no puede vivir. Desde el inicio el libro es muy descriptivo. Las escenas cuentan en forma pormenorizada sobre la forma en la cual actuaban las personajes. Creo que ese ha sido el mérito de la historia por el cual ha tenido tanto impacto la autora desde ese primer momento. Son descripciones duras, porque no muestran algo que es habitual, al menos para la mayoría de las personas. Ahora, que la protagonista sea una mujer, impone un parámetro que, para la época en que se escribió el libro, sea una verdadera bandera respecto de la igualdad de género. Eso me encanta, que haga ver que lo igual viene desde la acción, desde la diferenciación, no desde el discurso. Cómo siempre, me gusta ponerme en los pies de la víctima pero también del verdugo, sólo para plantearme -precisamente- si existe una víctima y/o un verdugo. Es un ejercicio que siempre se me atraviesa, me pone a pensar al final de la historia por qué sucedió lo que se encuentra narrado. En este caso ese ejercicio fue interantisimo, porque me encuentro con predisposiciones de las personas para hacer cosas. Los caminos que se eligen, en ocasiones, es porque ya se encuentran pavimentados. Me gustó mucho cómo la autora muestra que las adicciones todas son malas, porque llevan a un punto oscuro del cual el retorno es casi imposible. Pienso en todos los adictos (Adicto significa que necesita todo el tiempo de algo, o de alguien, que es peor. Las cosas al menos tienen precio), y veo que es la forma de vida que menos quisiera tener, porque siempre dependerá de factores externos. La tranquilidad allí jamás existirá! A mí, Almudena, el libro me ha gustado, quiero que lo sepas… y mucho!


¡Hay que ser valiente para publicar una opera prima de este calibre! Tiene un doble valor a mi entender, ser una escritora novel y encima mujer, y que esto no suscite ningún tipo de polémica, ser mujer no te resta ni un ápice de capacidad ni creatividad pero si añade una enorme dificultad, un inmenso lastre a la hora de ser juzgada y más en una materia tan arraigada, de modo equivoco, en la cultura burguesa imperante como es el sexo. Me ha ayudado a entender, aunque ya lo intuía, no soy ningún chaval ya, de una perspectiva distinta el modo de ver el sexo como hombre. El género erótico nunca ha sido de mi predilección, bastante ha tenido uno a lo largo de la vida con domeñar (aplacar) los empujes de la carne como para encima incitarlos y despertarlos con tales tintes artísticos. La verdad es que me ha gustado mucho la lectura. Constatar como se puede alguien hundir en un profundo túnel, sin remisión, un túnel placentero, hedónico, pero que conlleva enormes rupturas morales.


Otro libro que acabo de conseguir de Almudena Grandes, que me vengo a enterar que fue el primero que publicó. He revisado algunos videos donde entrevistan a su autora y que cuentan como se hizo escritora, una pasión que se ha decantado en otras obras consideradas notables. Conforme avance en la lectura iré indicándoos la impresión que me causa la lectura de esta primera novela de Almudena Grandes y sobre sus personajes. Permiso.


La sexualidad sin tabús. Nuestro placer como un objetivo más de nuestra vida, sin miedos, sin complejos, con riesgo en ocasiones. No es una historia lineal. Va y viene en la vida de Lulú, sin orden cronológico, pero dándonos una buena idea de todo su desarrollo en el mundo de la sexualidad. Tal vez para algunos pueda parecer una historia grotesca, excesiva, a mí me ha parecido valiente ya que sin excusas y sin máscaras vamos entrando en las diversas fases de Lulú.


No es una novela fácil, el manejo del tiempo que hace la autora desquicia por momentos pero le hace justicia a la historia. Lulú es finalmente el intento no menos sórdido de entender la complejidad del erotismo humano cuando llega a sus límites. Sobre todo en la mujer.


Solo pensé en algo mientras terminaba de leer está historia, hasta que punto, hasta que limite de desesperación se puede llegar a ser un adicto al sexo.


Progresion de insulsa novela d amor a libto erotico, a literatura sexualizada, porno duro para terminar en BDSM efectivamente todas las edades de lulu, su vida es solo un pretexto para cargar de erotismo el ambiente


Sumida todavía en los temores de una infancia carente de afecto, Lulú, una chica de 15 años, sucumbe a la poderosa atracción que Pablo, amigo de su hermano y varios años mayor, ejerce sobre ella. Después de esta primera experiencia, Lulú alimenta durante años el fantasma de aquel hombre, quien finalmente aceptará el desafío de prolongar en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Pablo crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú ya con 30 años, se precipita indefensa en el infierno de los deseos peligrosos. Almudena Grandes, tal como su apellido, es una grande entre las grandes. No he tenido más que buenas experiencias con ella. Leí una edición corregida de Las edades de Lulú (1989) que publica Ed. TusQuets 30 años después de su debut, con un prólogo escrito por la misma Almudena, donde realiza una especie de defensa hacia Lulú y en contra de las críticas que durante años se le han realizado a la obra, como que las mujeres no nos podemos reconocer en ella. Almudena señala que los deseos o fantasías masculinas se pueden calificar con la mitad de los adjetivos que aparecen en cualquier diccionario, pero nunca ninguna ha merecido la reprobación de la desnaturalización. Así, los hombres pueden llegar a obedecer impulsos sexuales de naturaleza criminal, brutal, inhumana, pero nunca la sexualidad masculina se ha considerado impropia de sí misma. Sin embargo, cualquier posición femenina similar no merece perdón ni consuelo. Es impropia, falsa, imposible, masculina. Las edades de Lulú es una novela oscura sobre el erotismo y la necesidad impostergable del otro. Cuando en la portada, contraportada y el prólogo nos informan que esta novela ganó un conocido premio de novela erótica se puede decir que ya sabe uno a lo que va, pero no es así realmente. Nada me habría preparado para dimensionar lo que leí. Es cruda, grotesca. Podemos decidir si nos gusta o no nos gusta, pero definitivamente no quedamos indiferentes. Y en realidad es tremendamente injusto definirla como una novela erótica porque si solo la clasificamos en esa categoría, es que no hemos entendido nada. Las edades de Lulú habla de mucho más que de sexo y perversión, habla de una época concreta en una ciudad concreta, habla del Madrid de la transición, del fin de esa época en la que la libertad de cualquier tipo estaba mal vista y prohibida, de los prejuicios cínicos e hipócritas que existían en las diferentes clases sociales y del nacimiento de una nueva generación que quiere romper con todo esto pero que se ve demasiado influenciada por sus predecesores. La novela nos muestra una marginalidad sexual que muchas veces, aunque latente, está oculta por sus aspectos escabrosos. En sus 296 páginas pude vislumbrar la inocencia y la perversión, la impotencia y el desenfreno, la bondad y el egoísmo, la autocompasión y el narcisismo, la soledad y la esperanza, el sexo y amor. Aquello que le dijeron a Almudena sobre que “las mujeres no nos identificamos con Lulú”, bueno, claro, no todas vivimos como Lulú, pero es una mujer tremendamente humana, se contradice, se marea, se tropieza, se lastima, se cae y, una vez en el suelo, respira y disfruta de la aparente seguridad que le da estar totalmente apoyada en él. La relación entre Lulú y Pablo es, a mi parecer, memorable. Abusiva y complicada, para nada ejemplar, pero memorable; la confusión de Lulú y sus pasos en falso, también. La narrativa es incómoda intencionalmente, no creo que Almudena lo haya hecho por casualidad. La narración es atropellada en ocasiones. La narrativa no es porno para que un hombre se masturbe leyendo sobre el desarrollo de la vida sexual de alguien; tampoco para que una mujer quiera encontrar romance y sexo. Esta muy alejada de esos ideales. Pasajes de violaciones, pederastia, incesto. Situaciones que sobrepasan y son incómodas. El final es una muestra más de lo incómodo e indeseable de todo. Lulú derrotada, condicionada constantemente por la sociedad, una niña siempre.


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FRASES DEL LIBRO LAS EDADES DE LULU

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