LA CÁRCEL ESTÁ EN TU MENTE LA LLAVE, EN TU MANO Edith Eger, conocida como la bailarina de Auschwitz, nos describe cuáles son las 12 prisiones mentales en las que nos recluimos tras un episodio traumático, como el victimismo, la evasión, el abandono, la culpa o la vergüenza.A lo largo de 12 breves capítulos, nos revela la sabiduría y los consejos prácticos fruto de su larga experiencia atendiendo pacientes en su consulta. A partir del sufrimiento ajeno y con el ejemplo siempre presente del largo proceso que la llevó a ella misma hasta la sanación tras escapar del Holocausto, la doctora Eger ofrece herramientas prácticas y profundas reflexiones sobre cómo vivir en libertad, cómo trascender el dolor y cómo sanar las heridas, por profundas que sean. En resumen, cómo escapar de nuestras propias prisiones mentales para disfrutar de la vida. Los consejos de EDITH EGER, superviviente de Auschwitz, para ser feliz «Leer su historia me ha cambiado para siempre.» Oprah Winfrey
Con la idea matriz de que el mayor campo de concentración está en la propia mente, la autora de La Bailarina de Auschwitz – Dra. en Psicología con Carl Rogers y Víctor Frankl como mentores - sintetiza las 12 cárceles mentales que impiden a cada ser humano desenvolverse con libertad. Con ejemplos de su propia vida y de sus innumerables pacientes repasa con acierto, amplitud y profundidad cada una de ellas, con un lenguaje claro y accesible. Aquí las 12 cárceles: 1 - la del Victimismo ( el “rigor mortis de la mente”, así la llama y significativamente la coloca en primer término ), 2 - la Evasión, 3 - el Autoabandono, 4 - los Secretos, 5 - la Culpa y la Vergüenza, 6 - el Dolor no resuelto, 7 - la Rigidez, 8 - el Resentimiento, 9 – el Miedo paralizante, 10 – el Prejuicio ( el Nazi en ti mismo ), 11 – la Impotencia y 12 – el No Perdonar. Un clarificador ejercicio de introspección y liberadora higiene psicológica en 221 págs. En youtube pueden ver en 12 minutos su charla TED: https://youtu.be/0We7BNUILBA
Leelo! La historia de una superviviente dirigida a todas las heridas que podemos sanar teniendo esperanza en quienes somos y buscando día a día la felicidad.
Un hermoso libro que se entiende mucho más si ya leíste el primero de esta autora pero que se puede leer tranquilamente de manera independiente. Un libro con temas muy claros y concisos que todos deberíamos saber.
Gran libro, grandes lecciones, hay leerlo y tenerlo siempre a mano. Gracias Edith EGER por tu generosidad
Es un libro tan sencillo pero tan revelador. No tiene más de 230 páginas, pero es un libro que se tiene que procesar con tiempo y paciencia en caso de que el lector se identifique con alguna de las cárceles mentales que describe Eger en el. Tiene un lenguaje muy sencillo de entender y posee diferentes perspectivas de sobrevivientes al trauma, para que el lector de sienta comprendido y acompañado desde diversos puntos de vista. Además tiene actividades prácticas y que no requieren más que tiempo, dedicación, papel y lápiz para realizarse. Vale la mucho la pena.
Maravilloso, estremecedor, escrito en un lenguaje sencillo, de manera práctica, lo más interesante es que al final de cada capítulo, da una aplicación práctica. Recomendado!!!
Ahora reconozco que la cárcel más perjudicial está en nuestra mente y que tenemos la 🔑 en el bolsillo. No importa lo grave que sea nuestro sufrimiento o lo sólidos q sean los barrotes, una persona puede liberarse de todo lo q la retenga. No es fácil. Pero vale muchísimo la pena
“La vida no es justa. Y cuando sufrimos, está totalmente justificado sentir ira, preocupación y frustración. Pero podemos afrontar con rigidez o flexibilidad cualquier circunstancia, por más irritante o injusta que sea.”
“Uno de nuestros primeros miedos concierne al abandono. Pronto aprendemos a ganarnos las tres aes: atención, afecto y aprobación. Descubrimos lo que hay que hacer y en quién debemos convertirnos para satisfacer nuestras necesidades”
Las cosas que interrumpen nuestra vida también pueden allanar el camino a una identidad emergente, herramientas que nos muestran una nueva manera de ser, que nos aportan una nueva visión. En cada crisis hay una transición.