Los ciudadanos honrados de Zaragoza eran una importante fuerza político-social en el Aragón de los siglos XVI y XVII. La razón de su relevancia residía en el control que ejercían sobre la capital del reino, cuyos oficios y privilegios lograron defender y gozar en exclusiva frente a la pretensión de ilustres competidores, los nobles. Se trataba de su máximo anhelo, pues en ello radicaba su propia existencia como ciudadanos. En la lucha por el poder entablada en los siglos XVI y XVII entre la clase dirigente del reino aragonés y la monarquía, los ciudadanos honrados de Zaragoza lograron jugar sus bazas y salir airosos en sus objetivos. La receta consistió en la utilización de una sabia combinación de obediencia, contestación y servicios al soberano de turno, en función de la correlación de fuerzas existentes en cada momento. Este trabajo se encarga de analizar esta política en relación con el reino y con los Austrias en una centuria considerada crucial, la de 1540 a 1650. A través del mismo, se ofrece también una nueva visión sobre el devenir del reino aragonés en los siglos XVI y XVII.