Sinopsis de YONQUI

William Burroughs publicó Yonqui, en 1953, gracias a los buenos oficios de Allen Ginsberg, que se paseó con el manuscrito bajo el brazo por diversas editoriales hasta dar con Carl Solomon, un editor más valiente -y más desesperado- que otros, y que años después confesó que era tal el terror que le daba trabajar con semejante material que estuvo a punto de sufrir un colapso. Y así fue como apareció uno de los libros míticos de la literatura americnana de nuestro siglo, pero también uno de los más prohibidos y subterráneos, en una editorial marginal, bajo el pseudónimo de William Lee.

7 reseñas sobre el libro YONQUI

Directa y cruda, son palabras que, aunque se quedan cortas, describen de cierta manera la obra de Burroughs, palabras que tienen una connotación trascendental dentro de su primer obra, Yonqui, ya que su protagonista, que no es en sí el viejo "Bill", nombre de pila de William S. Burroughs, sino la aguja, que directa y cruda te inyecta justo en las venas una historia tan adictiva como la heroína. Yonqui es una novela que engancha desde las primeras páginas, escrita de una forma sencilla pero detallada, nos acerca como espectadores anónimos a la vida al rededor de la adicción a las drogas, especialmente los opioides inyectables. El hilo narrativo no es un análisis médico, legal o moral de ninguna índole, es más bien la viva experiencia de un Yonqui y su afán por escapar de un monstruo incorpóreo, pero tan real como la muerte, el síndrome de abstinencia. En lo personal es muy interesante y exacta la detallada diferenciación que comenta Burroughs respecto a las drogas, ya que es un fenómeno cultural decir que todas las drogas ilegales son igual de dañinas, sin embargo, y gracias a la experiencia real del autor, hace cierto énfasis en que el consumo de marihuana, por ejemplo, no está ni cerca de los daños que hacen los opioides al organismo cuando se inyectan.


La lectura de ‘Yonqui’ vino recomendada por un amigo que lo describió como «uno de sus libros de culto». Este libro ha sido mi primer contacto con William Burroughs (con el que repetiré seguro) así como con la Generación Beat, en la que destacan nombres como Kerouac, Ginsberg o Kesey además del propio Burroughs, a los que daré también una oportunidad. En primera persona, Bill Lee nos abre la puerta a su vida comenzando por explicar cómo cogió el hábito de inyectarse heroína (según el autor, esta es la única droga verdaderamente adictiva) y a partir de ahí comienza a narrar cómo es su realidad ahora, en la que la droga se ha convertido en una rutina y en un modo de vida. Burroughs mantiene que nadie se engancha a la droga por un motivo concreto, y que además es muy difícil hacerlo puesto que se necesitan muchos pinchazos para ello: defiende, de alguna manera, que el adicto sabe lo que hace en todo momento, aunque no es consciente de su adicción hasta el momento en el que intenta dejarlo. Un lenguaje crudo e impactante, que me ha recordado en algunos aspectos a la lectura de ‘Azul casi transparente’ de Ryu Murakami por la pasividad con la que el autor trata el tema. Investigando un poco he leído que Burroughs fue adicto hasta el fin de sus días, por lo que ‘Yonqui’ vendría a ser una autobiografía en la que el protagonista, Bill Lee, es el alter ego del autor. Confieso que en ocasiones, a pesar de ser un libro bastante corto, resulta una lectura un poco repetitiva, puesto que su narración consiste en pinchazo tras pinchazo, desenganches, reenganches, compra de recetas, etc., aunque todo ello refleja muy bien la droga como un estilo de vida para el yonqui, como algo necesario para levantarte por las mañanas y encarar el día con energía. Una realidad impactante a la que no quieres asomarte descrita por alguien que sabe muy bien de lo que habla. Probablemente no esté entre mis libros favoritos, pero estoy segura de que no olvidaré muchas de las cosas que aparecen escritas en él.


En viaje a través del submundo de la adicción, como cae el adicto en la adicción y su paso por diferentes modos de esta, las facetas que conlleva y los límites que superan las consecuencias del comportamiento condicionado a la incertidumbre que provoca la adicción. Tocar fondo y no entender realmente lo que conlleva está adicción, y como llega a los límites inconscientemente provocando solamente un daño propio que los acerca a finales complicados pero muy comunes en este tipo de viajes. La necesidad infundada de no querer abandonar la droga por muy evidente que sea el daño, y el sentimiento de que ya nada puede matarte aunque la realidad es que lo más inesperado lo hace.


Creo que no le he entendido del todo. ¿Por qué o para qué drogarse? ¿Qué da la droga qué no puede darte la vida? ¿Se busca alivio o escape de la realidad? No pude conectar con los personajes, probablemente porque describen un mundo muy alejado al mío (y a la vez tan cerca). Aunque la narración fue amena, no sé...faltó algo. Como que no pudo llenarme por completo, quizás dejándome la misma sensación que el autor experimentaba con la droga: una efímera sensación de plenitud y el anormal paso del tiempo.


Crónica del viaje de un “Yonqui” por el universo de las adicciones en un mundo post guerra desolado. Este viaje nos presenta historia entre adictos, relatos muy reales sobre la relación entre las drogas, los consumidores, los vendedores y un agregado: la homosexualidad, algo que Burroughs mantiene en otros relatos. La entrada y salida de ese mundo entre la morfina, la heroina, la cocaina y luego de la las restricciones en EEUU de nuevas drogas experimentales como el cayote y la ayahuasca. Un libro donde nunca se detiene sobre las relaciones personales y todas parecen sumamente efímeras, pero si narra con absoluta claridad la relación de dependencia con los inyectables en sangre. Crudo, y muy real para entender la sub cultura Yonqui.


El libro es una crónica muy terrenal y tangible de un adicto a la heroína y sus experiencias cotidianas, fundamentalmente con la heroína y con el entorno que lo rodea. Por momentos puede resultar denso y un tanto reiterativo, pero es un buen retrato de las vivencias de un adicto en la sociedad norteamericana de mediados de siglo pasado.


Yonqui un libro escrito por Burroughs una escritura que para muchos viene de lo terrenal de lo que jamás uno debería tocar. Un libro que fue tomado como inspiración para muchos escritores y rockeros de esa época. Burroughs insiste en que las personas no se convierten en drogadictas por ningún motivo en especial. Muchas de las veces solo es por mera curiosidad y que para adquirir adicción no es tan facil: resultan necesarios muchos pinchazos y de forma muy continua para poder serte adicto a la droga. Así los explica Burroughs, el libro está inclinado a la heroína. Y los explica muy buena, pues un adicto sabe en qué momento detenerse pero para ser curado de esto pasarás por lo peor. Pues explica que un adicto sabe lo que hace. El libro en si, es muy interesante tardaríamos horas en platicar bien lo que Burroughs escribió. Es un libro muy recomendable. Cita. "He aprendido la ecuación de la droga. La droga no es, como el alcohol o la yerba, un medio para incrementar el disfrute de la vida. La droga no es un estimulante. Es un modo de vivir.” 


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