Sinopsis de YO, EL GATO

Un gato sin nombre, narrador y protagonista, se convierte en observador y crítico de la sociedad japonesa de su tiempo. El perspicaz y sabiondo felino se interna en los escondidos recovecos de la sociedad para escudriñar conductas, escuchar conversaciones y presenciar hechos que le dan pie para sentar cátedra de filósofo. Bajo la implacable férula de un gato que se presenta con un yo mayestático y petulante, la novela suscita, además de sonrisas, inquietud en torno al eterno conflicto entre la horma cultural indígena y el modelo de civilización traído del exterior.

4 reseñas sobre el libro YO, EL GATO

Narrado desde la perspectiva de un gato, nos presenta una visión cómica del estilo de vida y la forma de ser y pensar de la clase media en el Japón de la Era Meiji (1868 a 1912) cuando el país comienza un proceso de "modernización" debido al ingreso de la cultura occidental; el libro es un reflejo de la manera en que ambas culturas van integrándose y las implicaciones que ello tiene en las vidas cotidianas de los japoneses. Así conocemos a un gato sin nombre que ha sido adoptado por un profesor y que nos cuenta la rutina de la familia que lo ha acogido y sus amistades, sus aventuras por el vecindario y las gentes y lugares que conoce en sus andanzas; a partir de estas narraciones detalladas parte para reflexionar sobre la condición humana, cuestionando la manera en que actuamos y pensamos, burlándose de nuestras costumbres antinaturales, de la forma en que nos complicamos la vida haciendo de lo simple algo difícil, cuestionando nuestras creencias y valores... Aunque a ratos, de tan detallada, llega a ser un poco cansado de leer generalmente lo he disfrutado, me he reído mucho de las opiniones del gato sobre la humanidad, me he anotado y he acudido a investigar muchos autores y obras que el autor (a través de la voz del gato) señala haciendo gala de unos bastante amplios conocimientos sobre literatura y otras artes. Me gustó mucho la propuesta teatral de Kangetsu: teatro haiku.


Yo, el Gato; por donde comenzar. Esta novela, del escritor Natsume Soseki, es una obra que se debe apreciar primero como una lectura lenta y después como una lectura para la buena reflexión. Contada desde el punto de vista de un gato, la historia no es tanto historia y si una colección de sucesos que acontecen dentro y fuera de su propia vida felina. Su dueño, los amigos de este, la esposa, el cotilleo, las conspiraciones. Hay filosofía de vida, introspección, un Japón que apenas ha salido de la guerra contra Rusia. Hay rutina, vida diaria, conversaciones y comportamientos que el gato apenas vislumbra que sean racionales. Es una lectura impresionante que se debe leer con calma, con paciencia y mucha determinación. El final resulta algo fuera de lugar puesto que la novela, durante toda la lectura, no se presta para ello. Soseki constantemente se burla de sus personajes, de sus situaciones y su propia ignorancia; lo que hace difícil entonces que las últimas páginas se hayan escrito de una manera tan extraña. Sea como sea Yo, el Gato, merece estar en cualquier estantería. Lo mejor que he leído este año.


Buen libro narrado por un gato, que dentro de su cotidianidad viviendo en la casa de un maestro, nos da indicios de las costumbres japonesas de la época, narrando situaciones del día a día, con diálogos y referencias filosóficas.


Aproximarse a Natsume Soseki fue un acierto que vino del azar de leer a Murakami y de ver un billete de 1000 yenes cuando viajé a Japón ya que su cara está plasmada en éste. Nos relata según el punto de vista de un gato sin nombre, la vida de una serie de personajes en el Japón antiguo en la era Meiji. Y es precisamente estos personajes los que dan vida a la novela ya que cuál de todos es más pintoresco y extravagante. Me pareció interesante que el narrador si bien era un gato, tenía total libertad para acceder a la información del antiguo Japón y mentalidad de los personajes lo que fue un gran punto favorable. Se transformó en una de mis mejores lecturas pero sin embargo no la recomiendo a cualquiera ya que es lenta, catalogada dentro de las novelas humanistas, y para alguien no acostumbrado a éste tipo de corriente o no habituado a la cultura japonesa, le parecerá aburrido


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Publicado porStev_Rc