Y SEREIS COMO DIOSES

Como judío criado en medio de la enseñanza de la Torah y el Talmud, Erich Fromm (Dr. en Sociología, Dr. en Filosofía y Psicoanalista) se enfoca en la sabiduría revolucionaria del Antiguo Testamento para mostrarnos el Humanismo radical que del mismo emana pues nutre una reverencia por la Vida y una actitud escéptica respecto del uso de la Fuerza y el Poder. Partiendo primero del divorcio entre ´concepto´ y ´experiencia subyacente´ (que posibilita la creación de la ficción de las ideologías, plagadas de conceptos alienados) y luego, del humano afán de Sistematización y Totalización (que lleva a rellenar con añadidos artificiales las pocas certezas fragmentarias que aporta la existencia), Fromm nos muestra cómo la IDOLATRIA (concepto cuyo significado excede el ámbito de lo religioso) es una forma alienada de la experiencia que el hombre tiene de sí mismo. Este “adorar al ídolo” en el que el hombre adora su YO y en el que la “sumisión al ídolo” lo vuelve incapaz de superar su narcisismo individual y comunitario y abandonar todas las formas de fijación incestuosa, se cristalizan primero en la salida de Egipto (con el Becerro de Oro y el Miedo a la Libertad) y luego, en el fanatismo inhumano y sangriento con el que los judíos emprenden la Conquista de Canaán. Precisos y profundos los análisis de El Paraíso, símbolo del útero matero, (como edad de oro en el pasado) y el Mesianismo (como edad de oro en el futuro) junto al papel de los PROFETAS, “revolucionarios que despojan a la fuerza y al poder de su disfraz religioso” y que bregan en distintos momentos históricos por una CONCIENCIA humanística AUTONOMA en contra de una CONCIENCIA AUTORITARIA y HETERONOMA: “Las éticas autoritarias siempre están teñidas de idolatría y son, por su naturaleza misma, éticas alienadas”. En el capítulo sobre los Salmos, analiza los diferentes tipos de experiencia religiosa y las actitudes psíquicas implicadas para luego clasificarlos según el estado psicológico subjetivo. Una maravilla de libro, intelectualmente “denso”, para nada “entretenido”, pero tremendamente clarificador.

No esperaba de un filósofo e investigador tan renombrado una obra tan errada, superficial, contradictoria ycon una visión tan limitada de un tema tan extenso y abarcador. Su análisis simplista, simplificado y condicionado de la historia bíblica es quasi demagogo y constituye un punto de confusión para todo aquel que no esté familiarizado con la Biblia, la historia bíblica y si significado. Recomendable para ver cómo hasta un erudito puede no serlo o estar perdido en aquello que le supera.