Sinopsis de XXI

El ser humano y más o menos inhumano, prefiere definirse, de forma autocomplaciente, por la cualidad de la que se siente más satisfecho, aunque sea cierto también que el hombre puede calificarse a menudo de animal trágico, agresivo y violento, el gran manipulador, tras hacer un somero repaso a la historia de la Humanidad: la vida de la bestia humana está marcada por su intrínseca conflictividad individual y colectiva. Esta, puede resolverse de forma civilizada y constructiva, prosocial, o de modo auto y heterodestructivo, según características individuales que a su vez dependen tanto de factores socioculturales (como la pobreza y el aprendizaje social) como psicobiológicos (por ejemplo exposición fetal a nicotina y complicaciones en el parto) que se estudian en profundidad a lo largo de los diferentes capítulos de esta excelente monografía sobre la violencia humana.Se trata de un texto valiente que ilumina la cara oculta de nosotros mismos al estudiar las principales formas de conducta violenta, sea en los lugares de trabajo o en los domicilios familiares, entre hombres y mujeres o desde las instituciones del Estado, de baja o de alta intensidad, manifiesta o solapada. Pero además, Don Pedro Gómez Bosque, ha logrado una excelente síntesis crítica de las diferentes teorías propuestas hasta la actualidad para comprender y explicar la violencia humana, además de coordinar al resto de autores y discípulos suyos que revisan la conducta violenta desde las diferentes perspectivas de posible análisis, como la neuropsicológica, la biológica y la social.Además los diferentes autores de este texto afrontan el reto de una educación integral dirigida a la prevención y al control de la agresividad humana, a fin de erradicar toda forma de violencia destructiva. Para ello se considera fundamental la educación en los valores de protección de la vida, del respeto cívico universal y de un comportamiento ético que mejoren la convivencia social: en la escuela los profesores, en la familia los adultos cuidadores, en los medios de comunicación los periodistas y los políticos; en definitiva, es tarea de todos la necesaria construcción y continua regeneración de una sociedad más justa y democrática, que permita el desarrollo individual y sostenible, es decir que seamos capaces de transmitir a las futuras generaciones los valores humanos y unas condiciones sociales que les hagan viables. Las personas que ejercen un cierto liderazgo político, tienen una gran responsabilidad colectiva al ser modelos simbólicos que contribuyen a construir una nueva cultura: pacífica e igualitaria basada en los valores éticos de equidad, justicia y beneficencia universal.

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