Tienes razón, contesté en broma, no eres lo que parece. ¿ Y qué parezco, a ver ? No sé lo que pareces, pero yo creo que tú eres una buena chica, le contesté por decirle algo. No pareció oírme bien. ¿Que soy qué? Una buena chica, repetí yo. Las mujeres no somos buenas. La miré, pensando que lo decía en broma, pero se había puesto de pronto sería.