Retrato de una familia distinguida, apegada a tradiciones antiquísimas, nos muestra los conflictos que, de manera inevitable, surgen entre padres e hijos cuando las ideas occidentales penetran en los baluartes de la cultura china.. En esta magnífica obra se amalgaman así el interés temático y la precisa definición de los caracteres y los personajes...
Libro en el que su autora plasma impecablemente las costumbres y tradiciones que había en China, a través de los pensamientos y reflexiones de la hija de un rico patriarca y que va contando a su hermana. La historia narrada para tal efecto, si que me ha resultado un tanto insulsa.
En este libro, la autora refleja de manera soberbia la antítesis entre las culturas occidental y oriental que ella conoció de primera mano, ya que vivió mucho tiempo en China. Sus novelas dibujan maravillosamente la convulsión que soportó esa sociedad cuando no le quedó más remedio que abrirse a las emergentes potencias extranjeras que le aportaron una nueva y extraña tecnología rápidamente asimilada; pero también, unas nuevas y extrañas ideas que iban a cambiar irremediablemente su mundo y su cultura para siempre.
Leer esta novela fue todo un descubrimiento. Me atrapó la diferencia de culturas, el mandato ancestral como el único camino en la vida. Uniendome a los sinsabores de la protagonista aprendí a sentir como ella.
En este libro la autora refleja de manera soberbia la antítesis entre las culturas occidental y oriental que ella conoció de primera mano, ya que vivió mucho tiempo en China. Sus novelas dibujan maravillosamente la convulsión que soportó esa sociedad cuando no le quedó más remedio que abrirse a las emergentes potencias extranjeras que le aportaron una nueva y extraña tecnología rápidamente asimilada; pero también, unas nuevas y extrañas ideas que iban a significar un cambio sustancial en su mundo y su cultura para siempre.
Nunca es tarde para leer éste clásico de 1930 cuya autora fue Premio Nobel de Literatura. Con un estilo sencillo y directo, nos va describiendo, siempre en primera persona, el retrato de una familia distinguida de China apegada a las tradiciones milenarias y los conflictos que se generan entre padres e hijos cuando las ideas occidentales hacen su aparición y trastoca todos los esquemas y modos de vida conocidos hasta ahora. Para mí, el adjetivo que define el libro es: grandioso
¡Me ha encantado! Luego de leerlo me enteré de que es el primer libro de la autora (publicado en 1930) y que ella fue ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1938. En definitiva, voy a leer más de su obra. La novela, en pocas páginas, de forma elegante y a manera de cartas, las cuales están dirigidas al lector ("A ti puedo hablarte, hermana..."), nos narra los sufrimientos de una joven mujer china, quien al casarse con el hombre a quien fue prometida desde antes de su nacimiento, tiene que enfrentarse al choque cultural entre Oriente y Occidente. La historia está ambientada a principios del siglo XX. Ella, que representa al Oriente, ha sido bien educada en las costumbres ancestrales chinas (incluso practica el vendaje de pies para reducirlos, lo que es símbolo de belleza) y ha sido preparada toda su vida para ser buena esposa. Ha venido al mundo con el fin de casarse con un hombre de buena familia y darle un hijo varón. Él, que representa al Occidente, ha estudiado medicina en EE.UU., y trae de Occidente ciencia, ideas y costumbres diferentes. Los tiempos están cambiando y Kwei-Lan tendrá que eliminar muchas barreras culturales si desea conquistar el corazón de su marido.
Está bien que no se crea en los dioses cuando nada turba nuestro espíritu; pero cuando el dolor cae en una casa, ¿a quién recurrir?”
Mi señor, ¿has visto el amanecer esta mañana? Se hubiera dicho que la tierra saltaba al encuentro del sol. Al principio, todo era oscuridad; luego surgió la luz como una nota musical. Mi señor, yo soy tu pobre tierra, que espera."
Es como la flor del naranjo silvestre, pura, y picante, pero sin fragancia.
Sufro viéndote sufrir así, pero piensa que esto que hacemos ahora no es tan sólo útil para nosotros, sino para los demás :es una protesta contra esa antigua y mala costumbre.
Nunca te impondré mi voluntad, puesto que no te considero una cosa mía, sino, más bien, una amiga… si es que quieres.