Sinopsis de VIDA DE CLAUDIO

Cayo Suetonio Tranquilo (h. 69 - 140 d. C.) nació cuando la dinastía de los Flavios subió al poder. En Roma, donde transcurrió gran parte de su vida, ejerció como secretario a sudies y a bibliothecis al servicio de Trajano y como secretario ab epistolae en la época de Adriano, cargo que le permitió el acceso a los archivos imperiales y la correspondencia entre César y Augusto, material que utilizó en sus Vidas de los doce Césares, su obra más conocida. Vida de Claudio (10 a. C. - 54 d. C.) narra la vida del cuarto emperador romano. Hijo de Nerón Claudio Druso, hermano del emperador Tiberio, y de Antonia, hija de Marco Antonio, Tiberio Claudio Druso nació en Lugdunum, en la Galia. Tras el asesinato de Calígula, en el año 41, fue nombrado emperador, papel que ejerció con una entrega ejemplar. Durante su reinado las fronteras del Imperio se ampliaron gracias a la conquista de Britania. Aparte de un gran estratega militar, Claudio fue también un administrador brillante y un gobernador muy interesado en las leyes. Si bien los historiadores antiguos aseguran que murió asesinado, en la actualidad se debate si eso es cierto o murió víctima de alguna enfermedad.

1 reseñas sobre el libro VIDA DE CLAUDIO

II. Claudio nació durante el consulado de Iulo Antonio y Fabio Africano, en las calendas de agosto, en Lyon, el mismo día en que por primera vez se le dedicó un altar a Augusto. Se le puso el nombre de Tiberio Claudio Druso. Posteriormente, tras haber sido adoptado su hermano mayor por la familia Julia, asumió el sobrenombre de Germánico. Siendo todavía un niño perdió a su padre y durante casi toda su infancia y adolescencia padeció diversas y persistentes enfermedades hasta el extremo de que, consumido de cuerpo y espíritu, ni siquiera al ir creciendo en edad se le consideró capacitado para ningún cargo público o privado. Durante mucho tiempo, incluso después de alcanzar la mayoría de edad, se le mantuvo bajo la tutela de otra persona y de un preceptor, del que se queja en un escrito, afirmando que se le había impuesto adrede un hombre rudo, antiguo mozo de cuadra, para que, con cualquier pretexto, le castigase con la máxima crueldad. Debido a esa misma falta de salud, presidió vestido con una especie de manto con capucha —una insólita forma de vestir— los juegos de gladiadores que ofreció junto con su hermano en honor de su padre y, el día que vistió la toga viril, fue llevado en litera al Capitolio, pero alrededor de la media noche y sin las habituales ceremonias.


MÁS LIBROS DEL AUTOR CAYO SUETONIO TRANQUILO


TAMBIÉN SE BUSCÓ EN HISTORIA, POLÍTICA Y CIENCIAS SOCIALES