Jorge Juan y Santacilla es seleccionado en 1734 por Felipe V para formar parte de una expedición con el encargo e medir el grado de meridiano en el ecuador, y comprobar la forma de la Tierra. Tras casi once años de periplo americano, embarca para España, y es enviado a Londres en misión secreta de espionaje industrial, donde, finalmente, debe huir cuando es descubierto por el servicio de contraespionaje británico.