"... Era la última noche en Cartagena, la ciudad de Asdrúbal, en ella soñé, que caminaba por las profundidades del mar, entre extrañas plantas de exuberante fronda, como las palmeras de Elche, que se enroscaban en mi..."
"... vi preciosas perlas, mas ninguna tenía tanto brillo como el que yo había visto en los ojos españoles. El mar rodaba por encima de mi con la sonoridad de un órgano. Me sentí prisionero del fondo del mar y añoré la vida de arriba, de la superficie, y la luz del sol..."
"... nos mostraron los enormes astilleros y la magnífica dársena o fondeadero rocoso, tan profundo que daba vértigo. Por todas partes se veían galeotes trabajando. El ajetreo se debía, por lo visto, a la esperada visita de la reina"
"... pues bien, por debajo de ese techo colgaban ya por la mañanalas pesadas nubes que descargaron luego su riqueza de agua, inundando el suelo de mármol del atrio..."
"Arribamos a Cartagena a las cuatro de la tarde, por calles estrechas y umbrosas alcanzamos la fonda francesa que nos habían encomiado tanto".
"Por la Puerta del Mar llegamos al puerto, que es muy amplio y tiene una profundidad asombrosa; un islote rocoso lo protege del viento... jamás vi un paisaje tan asolado y agreste como aquél"